El olfato es el sentido que utilizamos más constantemente y de una manera más inconsciente, olemos incluso cuando estamos durmiendo. No podemos dejar de oler y las neuronas responsables de su funcionamiento son las únicas de nuestro organismo que se renuevan cada 30 días. A pesar de esto, nuestra cultura y nuestro lenguaje tiene muy olvidado el olfato y casi no tenemos palabras para describir lo que percibimos por la nariz.
No podemos describir el olor que nos hace sentirnos exactamente igual que cuando éramos niños y pasábamos un día en el campo con nuestra familia, pero percibir ese olor de nuevo nos hará recuperar todas las sensaciones de ese día con una intensidad increíble. Y es que los olores se almacenan en la parte del cerebro que guarda la memoria a largo plazo.
Sabemos lo que recordamos, pero no sabemos los olores que tenemos grabados en nuestra memoria y, aunque lo supiéramos, no podríamos ni describirlos ni volver a olerlos. Es el propio olor, la percepción de esa huella olfativa en nuestro cerebro la que activará el recuerdo y todas las sensaciones de ese momento.
“Los olores son más seguros que las imágenes y los sonidos para quebrar los hilos del corazón” (Rudyard Kipling).
En este taller de perfumes, aprenderemos la relación que hay entre nuestros recuerdos con los aromas y las emociones que nos evocan.
A través de ejercicios de relajación, visualización y el trabajo con los aceites esenciales, reviviremos esos momentos y las emociones que llevan consigo.
Al final, cada participante creará su propio perfume, único y personalizado.

Facilita: Sonia Bisquert, Naturópata y técnico en Salud holística y Educación ambiental.